« La discapacidad no te define; te define cómo actúas ante los desafíos que la discapacidad te presenta » .

Jim Abbot

Desde 1992, por decisión de la Asamblea de las Naciones Unidad, cada 3 de diciembre, se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Con la celebración de este día, se pretende dar visibilidad a este colectivo para que puedan mejorar su nivel de inclusión en la sociedad y conseguir la igualdad de oportunidades y su desarrollo en la vida, económica, política, social y cultural a la que también tienen derecho, como cualquier ciudadano.

La igualdad de oportunidades, un reto para la discapacidad

Pero esto no es tarea fácil, aunque desde la celebración en 2006 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, se ha avanzado bastante en la mejora del bienestar y los derechos de las personas pertenecientes a este colectivo, queda mucho por hacer para una minoría que es la más amplia del mundo.

La minoría más amplia del mundo

Según la OMS, se estima que más de 1000 millones de personas en el mundo, padece algún tipo de discapacidad. Esta cifra supone alrededor del 15% de la población mundial.

En España, los últimos datos del INE del 2007 estimaban casi 4 millones de discapacitados, aunque en más de 10 años el número habrá aumentado, no se dispone de información actualizada.

El reto de la igualdad de oportunidades

Es un hecho que las personas con discapacidad son uno de los grupos más marginados del mundo. Esas personas tienen menos oportunidades en el ámbito económico y más dificultades para conseguir un empleo y eso condiciona su situación en todos los demás ámbitos de la vida.

Los gobiernos tratan de incentivar a las empresas pero sin grandes resultados. Conseguir un trabajo hoy día es difícil para cualquiera, pero si tienes una discapacidad sigue siendo una odisea. Las películas como Campeones levantan el ánimo a cualquiera, pero desgraciadamente, no reflejan la realidad a la que se enfrentan día a día la mayoría de las personas con discapacidad que buscan trabajo.

Las familias y la discapacidad

Las familias son otros de los colectivos afectados por lo que supone que uno o varios de sus miembros tengan una discapacidad. Para empezar, nos enfrentamos a la falta de información y de ayudas. El informe Discapacidad y Familia, de la Fundación Adecco, apunta al teletrabajo, como una solución óptima para la conciliación, que no termina de cuajar en España.

Otros desafíos son la resolución de los conflictos que se pueden presentar, en el núcleo familiar a la hora de afrontar la crianza de un hijo con una discapacidad.

Si dichos conflictos, no se gestionan de forma adecuada, se pueden generar tensiones que alteren la paz familiar. Sin embargo, si se gestionan de forma correcta, no sólo no generarían tensiones sino que servirían para influir de manera positiva en la familia, fortaleciendo los lazos familiares y potenciando la capacidad de resiliencia de todos.

Otras barreras: las arquitectónicas

Mi primer trabajo con contrato laboral (antes había trabajado de baby-sitter, au-pair, azafata y otra suerte de trabajos con o sin contrato mercantil) fue en la ONCE y también mi segundo contacto con la discapacidad y el tema de las barreras arquitectónicas, que por aquel entonces daba sus primeros pasos. El primero fue mi hermana.

Eliminando barreras

Mi hermana May, enferma de polio desde los 6 meses, fue de esas discapacitadas que hizo muchísimas cosas en tiempos en los que ser discapacitado era sinónimo de no salir prácticamente de casa y cuando salías, se volvían a mirarte, como si fueras un bicho raro.

Ahora es habitual ver gente en silla de ruedas que montan solos en el autobús e incluso hacen deportes de riesgo, pero hablamos de unos tiempos en los que había miles de escaleras por todas partes, los autobuses no contaban con plataformas y no había rebajes en las aceras. Ella pudo hacerlo porque tenía una familia que, aunque, nos dejáramos la espalda en ello, la llevábamos y traíamos donde hiciera falta.

Actualmente, cada vez hay más lugares con acceso o adaptado para discapacitados. Es raro ver pisos que no cuenten con rampas, ascensores o plataformas, restaurantes sin baño adaptado, calles sin rebajes en las aceras, transportes sin plataforma elevadora o centros comerciales en los que la gente aparque en los sitios reservado a minusválidos. En eso, por lo menos, yo creo que hemos avanzado bastante, aunque siempre quedan cosas por mejorar.

Lo que no te mata te hace más fuerte: mi propia experiencia

En mi familia, somos varios los miembros con una discapacidad y si bien es cierto que te limita en algunos aspectos (según el tipo de discapacidad de que se trate), no debe incapacitarnos para intentar conseguir nuestros objetivos y luchar por que no se discrimine, ni a niños ni a adultos, ni en el trabajo, ni en la escuela, ni en ningún ámbito de la sociedad.

Animaos y contadnos vuestras experiencias en torno a la discapacidad