Juan de la Encina
“En cantares nuevos / gocen sus orejas, / miel e muchos huevos / para hacer torrejas, / aunque sin dolor / parió al redentor”
Las torrijas son uno de los platos con más tradición de la Semana Santa y esta tradición parece ser que viene de antiguo. De hecho, se dice que las torrijas fue un invento de los romanos, unos tíos listos que lo mismo te hacían torrijas que un acueducto. El caso es que un tal Marcus Gavius Apicius (s. I a.C.), que debió ser el Ferrán Adriá de aquélla época, ya incluyó en un recetario, un plato denominado pultes tractogalate (gachas guisadas con harina y leche), que puede considerarse el antepasado de las torrijas.
Desde entonces y durante siglos, las torrijas han ido evolucionando pero, como muchos otros platos ahora considerados delicatessen, siempre fueron un alimento de gente humilde, que se usaba durante la Cuaresma para evitar comer carne.
Hoy día podemos encontrarlas de todas las formas y sabores: con miel, con azúcar, rellenas de crema, cubiertas con chocolate, de tiramisú y ¡hasta saladas!, pero para mi gusto, las mejores (y más saludables) son las torrijas caseras. Esas que hacían nuestras madres como antiguamente, con las sobras del pan y que insistían en que nos las lleváramos en un tupper aunque les dijéramos que estábamos a dieta ?.
Receta de Torrijas del blog La flor de la canela
Como mi madre estaba mayor para hacer torrijas, las sustituí por las de mi amiga Laly, del blog La flor de la canela. Las torrijas de Laly a mí particularmente me gustan mucho porque son las tradicionales, las de toda la vida. Además tienen el punto justo de dulzor y no me resultan empalagosas.
Aquí os dejo cómo hacer torrijas con su receta, por si os animáis a hacerlas en estos días:
Ingredientes
- Pan del día anterior (en esta ocasión he utilizado el pan especial para torrijas del supermercado Mercadona, y me ha parecido fabuloso, quedan buenísimas y con un aspecto inmejorable)
- Huevos (para dos paquetes de pan de torrijas de Mercadona necesité cuatro huevos)
- 1 litro de leche
- Canela en rama y molida
- 4 cucharadas soperas de azúcar para la leche y otras cuatro para rebozar
- La corteza de un limón
- Aceite de girasol o de oliva suave
Preparación
Calentamos la leche junto con la canela, el azúcar y la corteza de limón. Cuando empiece a hervir, retiramos del fuego y dejamos que se enfríe.
Batimos los huevos.
Ponemos el aceite a calentar a fuego más bien fuerte, pero no al máximo para que no se arrebate y dentro de la sartén dejamos la cáscara de un huevo. Dicen que así se quema menos el aceite y yo lo hago, aún desconociendo los fundamentos metafísicos del consejo, el caso es que funciona. Cuando vayamos a freir las torrijas, retiraremos la cáscara.
Mojamos las rebanadas de pan en el preparado de leche, que esponjen bien y las pongo a escurrir sobre un colador que he preparado encima de un bol, para recoger la leche que sobre. Éste es otro truquito para que no se queme muy pronto el aceite y quede más bonita la torrija.
Una vez que han escurrido la leche sobrante, pasamos por el huevo batido y pasamos a freirlas. Dejamos un ratito por ambos lados y pasamos a una bandeja que habremos cubierto con papel absorbente.
Preparamos un plato con azúcar y canela y conforme vamos friendo vamos rebozando en la mezcla (bueno, podemos esperar un poquito para no quemarnos los dedos) y dejamos en la bandeja.
Si queremos pasar un rato agradable y divertido con nuestros hijos, podemos ponerlos a que nos echen una mano mojando las torrijas en leche o rebozándolas con azúcar, mientras nosotros hacemos el trabajo más peligroso de freírlas, sobre todo si son pequeños. Es una buena forma de disfrutar de ellos, mientras cocinamos en familia y también de que vayan aprendiendo a cocinar y ayudar en casa.
Las torrijas y el cine
Otra forma de pasar ratos agradables con nuestros hijos durante la Semana Santa, es degustando las torrijas que hemos hecho, mientras vemos una peli de romanos. Esto era muy típico cuando los nacidos en la época del “baby boom” éramos pequeños. Películas como Quo vadis (1951), Los diez mandamientos (1956), Espartaco (1960) o Ben Hur (1959), siempre se reponían en Semana Santa y después de unos años de sequía, ahora se está volviendo a hacer. Aprovechad mientras se dejen porque cuando crecen les cuesta ver películas antiguas.
Parece ser también que en otros lugares del mundo, hay variantes de las torrijas españolas, como las «tostadas francesas». En la película Kramer contra Kramer (1979), además de llorar a moco tendido, podemos observar a Dustin Hoffman haciéndole este rico desayuno a su hijo en la ficción. También en el capitulo 3 de la tercera temporada de la famosa y divertidísima serie The big bang theory, The Gorowith deviation, Penny está haciendo tostadas francesas a Sheldon, aunque éstas finalmente acaban en la basura porque “era el día de la avena”
Finalmente en la preciosa película Como agua para chocolate (1992) basada en la novela del mismo nombre de Laura Esquivel, también mencionan las torrijas, como no podía ser de otra manera, en una película en la que la cocina y la recetas están tan presentes.
Y para que tengáis otra receta de torrijas para poder compararlas con las de mi amiga Laly, os dejo la receta de la película, aunque éstas son mejicanas, no españolas:
También podéis disfrutar de la Semana Santa no sólo comiendo torrijas 😅, sino también visitando alguna ciudad andaluza como Málaga. cuya Semana Santa es una de las mejores de Andalucía.
Aunque hay que reconocer que comer torrijas es uno de los placeres de la Semana Santa, así que como dice nuestro pequeño amigo Yoda…